lunes, 8 de diciembre de 2008

Esperando en el Café Brown


Este es otro relato, habla de la espera de un sujeto que se encuentra en un café, es corto, pero por algo se comienza.


Es medio día, el café Brown tiene el mejor café del mundo, caliente, oscuro, con un sabor simplemente exquisito, ésta ya es la segunda taza que me tomo en espera de mi amigo, siempre se retarda, en toda su vida nunca ha aprendido a llegar a tiempo, solo es cumplido a la hora de comer y de dormir. el resto le importa un bledo.

Me termino la taza de café, creo que tomare otra, la camarera es muy guapa, un día la invite a salir pero resultó que está comprometida, me sorprendió, ya que apenas tiene 25 años.

La taza se llena otra vez, el olor del café, es simplemente exquisito, podría pasar todo el día tomando café. 12:35, bueno se ha retrasado 5 minutos, creo que mi amigo Juan Pablo nunca cambiará.

El café me calienta, ha hecho un clima horrible estos días, lluvia, sol, lluvia, sol, por eso tengo este horrible resfriado, 12:38, esta vez lo mataré. Este lugar siempre me ha gustado, el dueño, el señor Brown siempre es muy amable, nunca lo he visto de mal humor, su hija, la hermosa Andrea Brown, es esplendida, me acuerdo que en mi adolescencia tuvimos una relación, y desde entonces he estado enamorado de ella, desgraciadamente se fue a estudiar al extranjero y por eso lo nuestro terminó, 12:40, esto ya es el colmo.

Me sorprende mi afición al café, ¡esta ya es la cuarta taza que me tomo!, la gente del lugar esta alegre, charla, se rie, es muy agradable estar aquí, de nuevo se abre la puerta, suena la campanilla cuando chocan las dos, entra un hombre como de 1.75, moreno y de pelo corto, es Juan Pablo, y como siempre llega como si no hubiera pasado nada, lo miro y le hago señas para que espere en la entrada, termino mi café, pago las cuatro tazas que me tomé, y salgo a saludar a mi amigo, bueno al fin y al cabo, más vale tarde que nunca.

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